Este contenido forma parte de una serie de artículos que buscan visibilizar los principales riesgos con los que te puedes encontrar en el mundo digital.

Comunidades peligrosas en Internet

Hablemos de grupos peligrosos… ¿Quieres bajar de peso?
Historia basada en el caso de Bárbara Martínez* de 16 años.
*El nombre fue cambiado para proteger su identidad.
Yo lo logré, perdí peso. Y no sólo eso, también perdí mi autoestima y mi salud en el proceso.
En Facebook encontré un grupo que prometía decirme cómo bajar más de 10 kilos en dos semanas y, claro, me uní sin pensarlo. Solo pensaba en la nueva vida que me esperaba y en las mil fotos que subiría a Instagram; esta vez no necesitaría tantos filtros.
¿Y si fueran 4 semanas…? ¡Wow! 20 kilos menos. Hasta podría comenzar a modelar como los otros miembros del grupo que compartían sus fotos.
El tiempo pasaba y me sentía molesta conmigo, aún más que antes. Estaba de mal humor, todo el tiempo tenía sueño, y no me quedaba energía para hacer nada.
Estaba en línea todo el día, viendo cómo otros miembros del grupo tenían resultados fantásticos y yo no.
Quizá me faltaba dejar de comer por completo, y si eso no funcionaba… comenzar a vomitar; como todos hablaban de eso, no imaginé el daño que le haría a mi cuerpo, pero ya no me importaba, estaba obsesionada con perder esos 10 kilos, con mis fotos y con modelar.
Así pasaron 4 semanas, en el grupo me explicaban qué hacer con el vómito, cómo ocultarlo de mi familia para que no se dieran cuenta. Pero la que no se daba cuenta era yo… mi cabello comenzó a caerse, tenía más ojeras y me sentía más triste y desanimada que antes.
En el grupo me decían que iba muy bien. En mi casa me decían que NO me veían bien.
Como te conté al inicio, perdí mi salud, pero sobre todo la confianza en mí misma, porque me dejé llevar por la información que me daba el grupo en el que confié, y creí que esa era la forma de bajar de peso.
Por querer tener el cuerpo “ideal” no me importó que unos desconocidos me dijeran qué hacer, aun cuando esto me hiciera daño. Y créeme que no valió la pena. Las únicas fotos que puedo compartir ahora son en silla de ruedas y con una sonda.
Te cuento esto porque desafortunadamente no soy la única. Mi caso fue muy drástico, pero como yo hay muchas personas a las que les ha pasado algo similar.
Estos grupos son comunidades peligrosas que no te ayudan. Solo pretenden hacerlo para envolverte y ganarse tu confianza. Pero cuando te das cuenta de la realidad, ya es demasiado tarde.
Si sabes de alguien que esté viviendo algo similar con temas de peso, abuso de sustancias, maltrato y violencia, no dudes en animarlos a denunciar su caso ante los expertos en crímenes digitales de la policía de su localidad. Esto hace mucho daño y tenemos que protegernos entre todos.
Afortunadamente existen espacios en línea que te brindan orientación para prevenir y salir adelante, por ejemplo https://www.is4k.es. Revisa el contenido que ellos tienen para ti.
Te invito a interactuar dejándonos tus comentarios a través de nuestro correo educacion@isoc.org.pa. Tu opinión es muy valiosa y tu feedback siempre será bienvenida.

Sobre la autora: Marla González reside en México. Es la fundadora de Marandina, una organización que se dedica a crear bienestar jugando. Tiene vasta experiencia trabajando con niños y adolescentes, y diseña talleres para padres de familia y maestros sobre emociones, mindfulness y yoga para niños y adolescentes, además de este taller S.O.S. niños y pantallas.
Corrector de estilo:
Dilia Tallaferro
diliacristinatallaferro@gmail.com
Ilustrador:
Gustavo Polanco
polancoartstudio
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