Este contenido forma parte de una serie de artículos que buscan visibilizar los principales riesgos con los que te puedes encontrar en el mundo digital.
Uso excesivo de Internet
¿Internet es una adicción?
Hace días, un adolescente me preguntó por qué el uso de videojuegos es calificado como “nocivo” si es una forma de entretenimiento más, y “jugar” es beneficioso para todas las edades.
Aparentemente este argumento tiene lógica, pero las neurociencias ya han aportado evidencias del efecto del exceso de juego digital en el desarrollo cerebral.
De seguro tú tienes dudas similares sobre cómo afecta la actividad virtual a tu cerebro, y es importante que aprendas de qué manera funcionan tus neuronas, para que así puedas tomar mejores decisiones.
Las tecnologías de información y comunicación te abren miles de puertas para potenciar habilidades; desde la posibilidad de programar, comprar bienes y servicios, viajar virtualmente a lugares lejanos, aprender sobre temas puntuales de interés o participar en comunidades virtuales como son las redes sociales. Desde esta mirada, las oportunidades que tienes son infinitas.
El problema para los adolescentes y para todas las personas está en la pregunta: ¿Por qué es tan difícil soltar la pantalla? Si pones atención notarás que tienes tu móvil a la mano durante muchas horas al día, y varios estudios ya han evidenciado que activamos la pantalla al menos 150 veces cada 24 horas.
Para responder a esa pregunta es necesario entender primero como reacciona tu cerebro ante los estímulos del mundo digital.
Imagínate por unos segundos una situación que haya sido placentera para ti y que la repites habitualmente, por ejemplo, una partida de videojuegos con amigos o cuando revisas tu red social favorita. Si realmente te entretiene hacer esto, te darás cuenta de que solo de pensarlo y traerlo a tu mente, algo pasa en tu cerebro que de inmediato empiezas a sentir la necesidad de volver a prender la pantalla y repetir esa experiencia.
Si lo imaginaste bien, en tu cerebro probablemente se activó el circuito de recompensa que se inicia cuando anticipas situaciones placenteras o gratificantes. Es un circuito poderoso que libera un neurotransmisor llamado dopamina, responsable de hacerte sentir empoderamiento y placer.
Adicionalmente, cada vez que prendes la pantalla de tu móvil o inicias un videojuego los estímulos visuales, el sonido y las notificaciones van elevando la dosis de dopamina en tu cerebro. Esto es simple de explicar, ya que el mundo digital está diseñado para activar respuestas neurológicas en el cerebro de sus usuarios, y atraparlos así por más tiempo.
De esta manera, experimentas una sensación placentera pero a la vez muy adictiva; esta es la explicación, de por qué nos cuesta tanto esfuerzo soltar las pantallas.
Mientras estás jugando videojuegos o estás en redes sociales por largo rato, la posibilidad de desconectarte de la actividad digital se hace cada vez más difícil: tu cerebro se encuentra en “modo placer”, que es algo que a todos nos gusta.
Cuando logras desconectarte, tu cerebro demanda retomar ese estado placentero del que le has privado y la hormona cortisol entra en juego. Esta hormona, responsable de la ansiedad y angustia, intenta devolverte a la fuente de placer digital y es la razón por la cual nos ponemos ansiosos cuando no estamos conectados.
Regular las actividades digitales se hace complejo para todos, y en especial para ti como adolescente, porque tu cerebro aún está en desarrollo y aún no tiene las herramientas para regularse bien, y además la industria digital conoce muy bien cómo generar productos atractivos para engancharte.
La corteza prefrontal – donde se ubican las neuronas que hacen el trabajo de regular el día a día – termina de desarrollarse a los 25 años y tiene una misión muy importante: es el área del cerebro a cargo de gestionar tus emociones, frenar impulsos y de organizar tu manera de pensar. Estando en desarrollo, la lucha contra los distractores y las adicciones se vuelve un desafío mayor.
En el plano de la estimulación sensorial, los premios, recompensas, los likes, y el excitante mundo de los gamers en las redes sociales y YouTube, activan el circuito de gratificación o recompensa cerebral, aumentando los niveles de dopamina que elevan la sensación de empoderamiento y placer a niveles altísimos. ¿Te has dado cuenta ya como te tiene atrapado el mundo digital?
Seguramente ahora entiendes por qué los adolescentes se desregulan emocionalmente con facilidad cuando se privan de la actividad digital o cuando pasan muchas horas conectados.
El exceso de tiempo frente a la pantalla interactiva se traduce en un tsunami de estímulos cerebrales que afectan la regulación de emociones y el autocontrol, lo que abre una puerta a potenciales desórdenes conductuales asociados: estrés, ansiedad, alteraciones del sueño y conductas adictivas, entre otros.
¿Qué puedes hacer para aprovechar lo positivo de las tecnologías sin ser un adicto a ellas?
Ante todo, regula el tiempo y dale objetivos claros a tu actividad digital. Es preciso priorizar las actividades fuera de línea y estar atento a tu bienestar emocional. Si la actividad digital te atrapa y dejas de tener el control, es necesario que asumas una postura de autocuidado y limites la actividad digital por un tiempo.
Evita la actividad digital sin un objetivo y tiempo claro. Esto te ayuda a aprender a regularte, a conocer mejor tus límites y te permite disfrutar las oportunidades del mundo digital, evitando los riesgos. Eres tú quien elige.
Espero que esta información te haya resultado de interés y que si tienes alguna inquietud nos la hagas llegar a través de nuestro correo educacion@isoc.org.pa, que estaremos gustosos de darte respuesta. Y recuerda compartir este contenido con alguien más que le pueda ser útil.
Sobre la autora: Soledad Garcés es oriunda de Chile, cuenta con una vasta experiencia en gestión de proyectos de e-learning y formación en metodologías activas de aprendizaje. Entre sus múltiples ocupaciones, es la directora de Convivencia Digital, un programa dedicado a la formación de la ciudadanía digital y el autocuidado en internet de niños y jóvenes, de sus familias y profesores.
Corrector de estilo:
Dilia Tallaferro
diliacristinatallaferro@gmail.com
Ilustrador:
Gustavo Polanco
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